Un CMP automatiza este proceso ofreciendo a los visitantes opciones para diferentes categorías de cookies, almacenando estas preferencias y gestionando toda la colocación de cookies en función de estas opciones. Sin un CMP, una organización tendría que realizar este complejo proceso manualmente. Para los sitios web pequeños con sólo cookies funcionales, no es necesario un CMP. Sin embargo, en cuanto se utilizan tecnologías analíticas, de marketing u otras tecnologías de seguimiento, un CMP se hace prácticamente inevitable para seguir cumpliendo la normativa. Las multas por incumplimiento pueden ser considerables, lo que justifica la inversión en un buen CMP para la mayoría de las organizaciones.
Además de la legislación europea, Google también tiene requisitos estrictos sobre la forma en que los sitios web recogen el consentimiento. Con la introducción del Modo Consentimiento v2 en 2024, Google exigió a los sitios web que registraran y transmitieran correctamente el consentimiento del usuario a sus plataformas, como Google Analytics y Google Ads. No se trata sólo de una obligación legal, sino también de un requisito técnico para seguir utilizando eficazmente los servicios de Google. El Modo Consentimiento v2 de Google garantiza que los datos sólo se recopilan cuando el usuario da su consentimiento. Sin un CMP correctamente configurado que funcione con el Modo Consentimiento v2, te arriesgas no sólo a multas, sino también a que tus herramientas de marketing no funcionen tan bien y a perder ingresos por publicidad porque Google Ads funcione peor.
Si tu sitio web utiliza cookies para análisis o marketing, debes tener un banner de cookies. Las leyes de privacidad dicen que tienes que pedir permiso a los visitantes antes de recopilar sus datos. Si sólo utilizas cookies que son realmente necesarias para tu sitio web (como para el carrito de la compra o el inicio de sesión), no tienes por qué hacerlo. Sin embargo, tu banner debe explicar claramente qué cookies utilizas y dar a los visitantes una opción real. Deben poder rechazar las cookies sin por ello tener menos posibilidades de utilizar tu sitio web.
Como visitante de un sitio web, no estás obligado a dar permiso para las cookies. En realidad, el banner de cookies te pide permiso, porque según la legislación sobre privacidad (AVG/ePrivacy), los sitios web no pueden recopilar tus datos sin más. Los sitios web están obligados a pedirte permiso antes de colocar cookies no esenciales que rastreen tu comportamiento en línea. Tienes derecho a rechazar estas cookies sin restringir tu acceso al sitio web. La ley protege así tu privacidad y te da el control sobre los datos personales que quieres compartir.
Paso 1: Elige un CMP que se adapte a tus necesidades y presupuesto, como Cookiebot o Cookiecode.
Paso 2: Crea una cuenta en el CMP que hayas elegido.
Paso 3: Configura tu CMP añadiendo una política de cookies y eligiendo los ajustes visuales adecuados.
Paso 4: Añade el CMP a tu configuración de Google Tag Manager.
Paso 5: Comprueba el rendimiento de tu CMP y banner de cookies y ajusta el orden de tus activadores GTM si es necesario.
Para una guía completa, consulta nuestro artículo "Implantar con éxito la gestión del consentimiento".
Sí y no. El RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) se ocupa del tratamiento de datos personales en sentido amplio, mientras que el banner de cookies lo exige específicamente la Directiva sobre la privacidad y las comunicaciones electrónicas. La Directiva sobre la privacidad y las comunicaciones electrónicas es más específica de las comunicaciones electrónicas y establece que los sitios web deben solicitar el consentimiento explícito antes de instalar cookies no esenciales. La AVG entra en juego porque las cookies a menudo procesan datos personales. Juntas, estas normas crean la obligación de que los sitios web sean transparentes sobre su uso de cookies y soliciten el consentimiento. Así que, formalmente, la obligación de la transparencia de las cookies procede de la Directiva sobre la privacidad y las comunicaciones electrónicas, pero la AVG refuerza y amplía este requisito con obligaciones adicionales en materia de privacidad.